miércoles, 18 de mayo de 2016

CEAm Villardeciervos 1ª parte

Un grupo de alumnado de 2º de ESO está participando durante una semana en la actividad organizada por el MECD en el Centro de Educación Ambiental de Villardeciervos acompañados por los profesores Jorge Baummann de Educación Física y Rafael Serrat de Tecnología. 

HACÍA VILLADECIERVOS
Salimos de Tetuán a las 19 h del domingo 15 de mayo. Tras un dilatado y cansado viaje, pasando por Ceuta, Algeciras y la Autovía 66 conocida como Ruta de la Plata, llegamos al CEAm a las 11 h 30 del lunes. Los objetivos del viaje son: el descubrimiento de un entorno natural bien conservado, la convivencia con el alumnado de otro centro de España, y la incorporación de prácticas que ayuden a proteger el medio ambiente de nuestro entorno.
La parada de Zamora nos permitió recorrer sus calles vacías, ya que era festivo. Aprovechamos también para desayunar chocolate con churros frente al antiguo Mercado de Abastos.


En Villardeciervos conocimos a los compañeros del primer curso de la ESO del IES Federico García Lorca de La Puebla de Cazalla (Sevilla). Para fomentar la interacción entre los dos grupos, nos distribuyeron en habitaciones compartidas. También nos organizaron en grupos heterogéneos para las actividades y las comidas.

El lunes por la tarde, una yincana nos permitió conocer el pueblo de Villardeciervos y algunas singularidades arquitectónicas del lugar como la construcción de las casas con roca gneis que confiere unos tonos anaranjados a las fachadas, las candongas que impiden la entrada de agua en las chimeneas a la vez que orientan la salida de humos a favor del viento, las diferentes fuentes o pilones, las huertas con algún caballo o asno pastando y, sobre todo, mucha hierba que ahora en primavera obliga a segar continuamente.

BUSCANDO AL LOBO
El martes seguimos con el programa del Centro caminando por los alrededores del pueblo a la búsqueda de las huellas de ciervos, corzos, jabalís y lobos. Hubo suerte y encontramos de todo tipo, especialmente cerca de la peña del Castro, donde existen restos de un antiguo poblado celta. La ruta nos permitió disfrutar de la primavera entre las flores de jaras, brezos y tojos, y reconocer las especies de árboles del entorno: pinos rojos, pinos rodenos, robles melojos y castaños. Por la tarde participamos en un taller de papel reciclado, y la lluvia nos impidió intercambiar juegos tradicionales. Afortunadamente después  de la cena pudimos caminar por el campo y descubrir algo más de la cúpula celeste.
LOS CAÑONES DEL DUERO
El miércoles nos desplazamos en autobús hasta la frontera con Portugal, al Parque Natural de los Arribes del Duero, un lugar donde el Duero discurre encajonado en profundos cañones en los que anidan los buitres, y en cuyo lecho se dan unas condiciones climáticas que favorecen cultivos insólitos en estas tierras (almendros, naranjos, olivos e higueras). Desde el mirador de las Barrancas, junto a la Ermita de Nuestra Señora del Castillo recorrimos un sendero atravesando un puente medieval del siglo XIII hasta Fariza, donde comimos. En el trayecto descubrimos numerosos molinos abandonados, fresnos, enebros, encinas y pontones de piedra construidos con losas de granito sobre el curso del arroyo Pisón. El día fue magnífico gracias a las recientes lluvias que han permitido la eclosión de colores de todo tipo de flores silvestres. A la vuelta, en el taller de alfarería de Moveros descubrimos como funciona el torno y el proceso de elaboración de todo tipo de cerámicas. También aprendimos que estas tierras son ricas en caolín y arena, lo que confiere a los cántaros y botijos una estructura porosa ideal para mantener fresca el agua, pero desfavorable para contener aceite.

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